martes, 19 de febrero de 2013

MARIA ARGENTINA

En el taller clandestino de Constitución
tenían a los bolivianos trabajando
con sus familias por veinte pesos el día.
Pampa, montaña y mar.
Mi sueño es como un blanco en movimiento
siempre desafiante o prometedor.

Buenos Aires, mal viento
buena brisa necesitas para torcer
tus ojos de Europa
a las manos abiertas del cono americano.
Esculpí su nombre en mi corazón
del bajo fondo monumento
al soldado desconocido.
Los nietos de la desesperanza europea.
Ese pertenecer a la clase media
en la cúspide de tu racista, el moralista.

Vamos, otro amor más intenso es posible.
Balas de libros, bombas de alimentos
en "El impenetrable" del Chaco
en tu verguenza al pueblo toba.
La fuga de cerebros
y las neuronas que residen fugadas
de eternos planes bé
del culo más hermoso del mundo
de tu postergación confiada confinada.

Nuestra relación de pareja kármica:
tu beso y tu filo.
Un amor inflacionario
bajo el strapless de su vestido tanguero.
Ella me considera ácido,
incluso muy ácido.
Los fuertes pueden anidar la distancia;
yo no.
El reconocimiento tardío al sudor
salvo el laurel traído de otras tierras.
Yo pensé que mi vida
pasaba por un mal momento
pero ella siempre puede estar peor.
Y me enterrará tan dulcemente…



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