TAPA Y CONTRATAPA DEL LIBRO "A LA HUMANIDAD LE QUEDAN SEISCIENTOS AÑOS DE VIDA EN EL PLANETA TIERRA" - AUTOR: MATIAS CASTAGNINO - DICIEMBRE DEL AÑO 2020
A LA HUMANIDAD LE
QUEDAN SEICIENTOS AÑOS DE VIDA EN EL PLANETA TIERRA
Las
últimas generaciones antes de la desaparición total,
vivirán
sufriendo y soportando dolores extremos, como
la
calcinación y el hambre.
Obviamente,
y tal como sucedió con el Titanic, si no hay
espacio
para todos en la evacuación de la tierra, accederán
primero
al planeta habitable la elite de mayor poder.
La
segunda venida de Jesùs tal vez consista en esto:
regresar
cuando el último hombre de la humanidad estè
a
punto de morir como consecuencia de la codicia.
El
epitafio de la historia del hombre podría ser el siguiente:
“La
raza humana, una especie que se extinguió como
consecuencia
de su ambición”.
Que
Jesùs haya anunciado la cercanìa del Reino de los Cielos
quizás
no significò que tal Reino fuera a desarrollarse en la tierra.
Es
probable que esa proximidad exista en un plano espiritual y
no
necesariamente material, con lo cual el planeta podría
terminar
destruido sin que eso afecte la cercanìa del Reino
de
los Cielos. E incluso la humanidad podría quedar extinguida
(si
no se llegase a conquistar otro planeta habitable), y las
personas
que siguieron las enseñanzas de Jesùs acceder al
Reino
cercano, después de muertas.
Este
barco se va hundiendo, y la lenta evolución biológica
del
hombre, sumada al desproporcionado desarrollo material
y
racional por sobre el espiritual, el consumo salvaje, la concentración
global
de la riqueza, la destrucción
de
la naturaleza, la superación de la inteligencia artificial por sobre
la
humana, parecen condenarnos cada dìa
màs
al callejón sin salida de nuestra propia extinsiòn.
¡Hijo,
mujer amada, què extraño que se siente uno viéndonos
como
parte de las últimas siete generaciones humanas previo
a
la extinsiòn de la humanidad! Al menos tuvimos la oportunidad
de
conocer el milagro de la vida y el camino de la salvación,
y
si no llegamos a lograrla, habitar un purgatorio que después la provea.
La
propuesta de Jesucristo nos quedó muy grande y en dosmil
años
no estuvimos a la altura. Toda la inversión en armamentos
debió
haberse destinado a la conquista del espacio, y ya estar
viviendo
en nuevos planetas. Debió existir una cooperación internacional
y
fomento del desarrollo científico para colonizar el espacio, y un
desarrollo
equilibrado de todas las regiones del planeta nuestro.
Siguiendo
el camino de los dinosaurios, nuestra desaparición
no
será pacìfica. Hambrunas, calcinación, privilegios de las
clases
màs poderosas y muerte. Con el último de los humanos
asfixiándose,
la esperanza de Dios puesta en la humanidad
quedarà
sepultada.
Con
mucha suerte viajaremos al sistema estelar Alfa Centauri,
quizás
desmaterializándonos, y habitaremos sus exoplanetas.
La
tierra será un basurero inhabitable; la postal de lo que fue capaz
de
destruir el hombre. Pero el problema de fondo no será
trasladarnos
y habitar los nuevos planetas, sino trascender el
espíritu
de codicia que llevò a devastar la tierra, para que allà
no
suceda lo mismo.
Asistimos
al show de la humanidad suicida que se desgasta
en
disputas sin sentido, se entretiene con los mundiales
de
fútbol y no concierta estrategias globales de racionalización
de
los recursos naturales y conquista de nuevos planetas.
Quizás
ya sea tarde para habitar alguno dada sus lejanìas,
y
lo que nos quede en estos seicientos años
sea
sòlo un camino de declive hacia la ruina total.-
MATIAS CASTAGNINO