martes, 19 de febrero de 2013

LOS VALLES DE ELBY

Cuando bajé de los valles de Elby
el sol tibio del estío me besaba los pies.
Llegamos a la ciudad con júbilo
y tomados de las manos
cuando bajamos despreocupados
de los valles de Elby.

Era el día de la gran congregación mundial
con esa única consigna
que tanto anhelábamos.
Nos hermanaban los satélites
palpábamos la brisa
bellos perros nos seguían
desde el prado a la mutitud.

Noche en oriente, claro el occidente
aunamos el encuentro
de polo a polo, hemisferios y regiones.
La respiración en un solo aliento
y la paz fue la bandera
sentados en el suelo desde el valle de Elby.

Fue un canto, un poema sublime
aquella conmovedora jornada,
el triunfo por unas horas
del latido sobre los abismos.
Elby se reconstruye cada día
renace como la luz incontenible del alba.
Develemos abrazados
los valles de Elby.-

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