jueves, 16 de diciembre de 2021

LIBRO: "LA CURA PSICOLOGICA DE LA NEUROSIS DE IRINEO CROPOSKY (SUS AUTOANALISIS Y TERAPIAS)" MATIAS CASTAGNINO

 

















 LIBRO: "LA CURA PSICOLOGICA  DE LA  NEUROSIS DE IRINEO  CROPOSKY  (SUS AUTOANALISIS Y TERAPIAS)"   MATIAS CASTAGNINO

La carga del peso ajeno en los vínculos. Una medición fina de la soberbia

Yo realizo una proyección del peso que representò mi padre hacia mì, identificando a determinadas personas con dicha carga. Suelen ser sujetos que se acercan bondadosamente a mì, pero que a la vez me demandan tiempo y energía para proyectos en común en los que yo debo aportar y cargar màs, obteniendo quizás un menor beneficio.

Sucede que con mi padre existe una medición de mi parte bastante extrema en cuanto a su soberbia, que me llevò a calcular milimétricamente el punto de su arrogancia en los encuentros casuales que hemos tenido en la calle, para no volver a ser yo despreciado por èl como lo fui de niño, y con la finalidad de que èl genere el movimiento de apertura amorosa en su corazón, acercándose a mì en dichos encuentros, como salto espiritual de humildad. Sè que al ser yo indiferente cuando me lo he cruzado, y èl también, ambos estamos sosteniendo un semblante de fortaleza, pero en mi caso necesito hacerlo porque todo el malestar, sombras, perjuicios y dolor que experimentè en los dos años de vìnculo tras el reencuentro, me llevaron a comprender que continuaba sin abrir bien su corazón, incluso con mi hermana y sus nietos. Soy conciente de que realizando una medición tan fina corro el serio riesgo de trasladarla a otra gente en general, aislándome, perdiendo oportunidades, generando soledad en mi vida en base a temores propios, perjuicios y el sostenimiento de una falsa vara alta de perfección en las personas con quienes me vinculo. Esto va totalmente en contra de la apertura social que deseo.

Recientemente logré detectar similitudes en la ruptura de los vínculos con un ex amigo llamado Asdrúbal, con quien iniciamos un proyecto musical dos años atrás, de muy corta vida; y con Desiré, una mujer sexagenaria con quien estuve actualmente en dudas acerca de comenzar un noviazgo. Con ambos existió una buena predisposición hacia mí, tomando ellos la iniciativa para acercarse, e incluso con Desiré mantenemos relaciones sexuales, aceptando cada uno adaptarse a mis tiempos viniendo a mi hogar, y adoptando yo la posición de líder para llevar adelante cada relación. Con los dos yo di vueltas para comenzar a relacionarme, por sentir que yo debía cargar más peso en la relación por estar ellos en inferioridad de condiciones en determinados aspectos. Por ejemplo, Asdrúbal se ofreció a ayudarme con el ciclo multiartístico que llevé adelante para aquel entonces, pero él era bastante mal músico y yo no le veía salida eficaz al proyecto musical con él que se me ocurrió generar para que existiera algo en común para compartir. Fundamentalmente porque este emprendimiento no nos posibilitaba los ingresos económicos para los que había sido ideado, y demandaba ensayos, tiempo, energía, dinero, etc. Así fue que comencé a medir muy en detalle cuánto aportaba él para este proyecto, y cuánto yo, en todo sentido, terminando por discutir y distanciarnos luego de la primer presentación en vivo que conseguí yo. Recuerdo que en el único ensayo que hicimos juntos yo sentía que le quitaba tiempo de crianza a mi hijo.

Con Desiré, por su lado, a pesar de su flexibilidad, tolerancia e interés en mí, nos distancia una abundante diferencia de edad de dieciséis años, y energías bastante diferentes: ella es demasiado activa y carga grandes cantidades de ansias producto del dolor de su historia mal duelada por ser ella adoptada. Aparte de que se me dificulta planificar demasiado a futuro con ella por la diferencia de edad que le traería menos vitalidad que yo, existen los problemas de que me sobrecarga con sus ansias (neurosis), y además no comprende bien el ritmo distante de noviazgo que yo puedo ofrecer, por ser mi hijo el centro de mi vida, y elegir yo criarlo cercanamente.

El punto con ellos y con la gente en general, es no identificarlos con la persona y vínculo que me vi obligado a mantener con mi padre, porque de lo contrario me terminaría quedando muy solo.

Esas fueron las causas de mi falta de pasión generalizada y fe

La razón de mi falta de pasión generalizada que vengo padeciendo desde hace muchos años, y que afectó distintos aspectos de mi vida, se debe al temor inconciente a no poder salir adelante en la vida, después de todo el dolor, temores y vacío generado por mi padre. Mi madre fue y es un sostén fundamental para alentarme en mis proyectos y demostrarme que esos miedos y baja autoestima son totalmente infundados. Este obstáculo para una pasión y fe mayores se manifestó en los noviazgos que no me funcionaron, en el vínculo a veces poco comunicativo con mi hijo, en la falta de involucramiento en mi trabajo en el Ministerio, en la falta de profesionalismo con el arte y en la escases de habilidades y mayor afecto en todos mis vínculos humanos.

También se expresó mi falta de pasión en el poco uso de mi título universitario de economista en forma privada. Muchos de estos caminos que no prosperaron en mi vida, obedecieron a causa justificadas y coherentes, pero algunas de éstas pueden haber funcionado como excusas para obtener beneficios secundarios. Por ejemplo, la escasés de pasión que manifesté para continuar con las diferentes bandas de música, se debió a que con ninguna de ellas logré generar una continuidad en las presentaciones en vivo, ni mucho menos la obtención de ingresos económicos.

Estas fueron metas concretas que establecí en un momento de mi vida para dignificar mi oficio de artista, pero al verse obstaculizadas dentro y fuera de mi ciudad, opté por abandonar totalmente el camino del arte durante cuatro años, iniciando y terminando mi carrera universitaria de Economía. Allí la pasión se extinguió por completo hacia el arte, por razones aparentemente justificadas, pero luego del parate comprendí que la ganancia espiritual con el arte puede significar mucho, tanto para mí como hacia el prójimo, y que en verdad no se justificó cortar tanto tiempo con el desarrollo musical y literario. E incluso sin lograr la meta de las ganancias económicas con la profesión de la abogacía, entendí que la problemática era otra en mi alma, y que existían otros síntomas y traumas que debía yo desarticular para generar la fe que me faltaba.

Actualmente, haciendo efecto los diez meses de terapias de psicoanálisis que vengo realizando, sumados a objetivos que han quedado completamente cumplidos en mi vida, (como la terminación de la obra de ampliación del ex hogar que le proveí a mi hijo y su madre, y la mudanza de ellos a su nuevo hogar mucho más confortable, proporcionado por mi suegra); así, actualmente, compruebo que para generar esos niveles de pasión más profundos, no necesito recurrir a un acercamiento a mi padre biológico, sino que a esa fuerza la tengo dentro mío, y también cuento con los medios para desarrollarla. Y basándome en mi experiencia pasada del reencuentro oscuro y ruinoso con mi papá, la forma de sostener dicha pasión sea justamente la contraria: seguir distanciado de él y sus sombras, pero con la conciencia de no dejar caer mi autoestima como desde niño por suponer que no podría salir adelante.

Paralelamente, la casa actual de mi hijo, propiedad de su madre, vino a solucionar definitivamente la infraestructura familiar viviendo en casas separadas mi hijo y yo, poniéndole fin a todo el padecimiento y desgaste de tiempo y energía que sufrí desde que conocí a Sofía, por estar obligado a proveerle y acondicionar los inmuebles en los que mi hijo vivió, estando yo separado de su madre. Desde que tienen techo propio y Sofía se encarga de su mantenimiento, yo puedo dedicar ese tiempo al arte y a actividades placenteras, logrando que mi pasión aumente. Un punto importante del aumento de mi pasión en general, es que no derive en ansiedad ni síntomas vinculados que ya padecí.

La otra enorme causa que obstaculizó la fe y pasión en mi vida desde mi infancia es el hecho de no haber recibido el suficiente amor por parte de mi padre ni de mi madre, con un mayor afecto. Tanto al reencontrar a mi papá, como actualmente con mi mamá, ninguno de ellos estuvo dispuesto a una mayor entrega afectiva hacia mí, ni dedicación, ni apertura. Esto más allá de que mi madre me asista materialmente al día de hoy, con diferentes clases de apoyos que he necesitado. Esta carencia de involucramiento cariñoso por ambos, es una de las razones por las que yo genero el síntoma de mi soledad y aislamiento desde que tengo memoria. Es como si yo generando históricamente los tiempos y espacios de completa soledad en mi vida, me mantuviera a la espera de que mis padres vengan a visitarme, me protejan, se sientan orgullosos de mí, me acompañen, etc. Ante esa realidad, las opciones son apenas dos y consisten en: o guardarles un gran rencor por su falta de amor y decidir alejarme de ambos. O bien aceptar a mi madre con dicha miseria y generar los espacios para compartir las pocas actividades que ella posibilita, y en los pocos tiempos que yo permito para evitar su goce tóxico y parasitario de violentarme con críticas, desprecios, etc.

En cuanto a mi padre, la distancia que decido mantener con él desde hace décadas obedece a síntomas y males mucho más profundos que me afectan con su cercanía.

El desafío en mi vida pasa por aceptar esa carencia afectiva y generar algo creativo y superador, justamente cultivando constantemente el espíritu de fe, pasión y mayor autoestima que me ha faltado. Y comprendiendo que la miseria de la falta de afecto es un peso que recae sobre quien lo genera, o sea mis padres, y que de ninguna forma debe perjudicarme. Por ejemplo, a mis tiempos de soledad que disfruto mucho, debo concebirlos como el desarrollo de dones y talentos para ser dados, y no como una búsqueda inconciente y sintomática del cariño de mis padres, ni como un mecanismo narcisista de regresión de la libido sobre mí y mis objetos, para desmentir esa falta de afecto, tal como lo hice desde pequeño.

Por otro lado, en esa merma de mi fe también influye la identificación del abandono que mi padre hizo conmigo, asumiendo yo ese fantasma y posicionándome como abandonado y despreciado hacia diferentes personas. Esto produjo el distanciamiento que padezco al día de hoy con mis hermanos, sobrino, ex novias, algunos amigos, etc. Y esta es una de las razones por las que a veces asumo una conducta fálica hacia mi hijo, ya que cargo con el temor de caer en ese fantasma de “Irineo, el niño que debe ser abandonado como lo abandonó su padre”, también con él, distanciándome y temiendo ser olvidado por él, como lo soy por mis hermanos, sobrinos y algunos amigos.

Este fantasma también se manifiesta en mi vida en ser descuidado con mi aseo personal, con la limpieza de mi hogar, mi auto, con reparaciones que postergo, la falta de uso de mis títulos, etc. o sea, relegar al olvido a afectos, gestiones, proyectos y hasta a mí mismo, tal como me veo obligado a distanciarme y olvidar a mi padre. Este mecanismo está vinculado con la “identificación narcisista” que Freud describe en los depresivos, por la cual los reproches implacables que ellos dirigen contra sí mismos van dirigidos en realidad hacia otra persona: el objeto sexual perdido. Así, retiran la libido del objeto, pero incorporan a dicho objeto al yo, lo proyectan sobre sí. El propio yo del sujeto recibe el tratamiento que le correspondería al objeto abandonado y sufre todas aquellas agresiones y venganzas que el sujeto reserva para aquel. A la vez, en cuanto a mi abandono y desprecio hacia diferentes vínculos míos, también puede existir un “trastorno hacia lo contrario” como destino malo de mis pulsiones, en el sentido de hacerle padecer a otros, ahora en forma activa, el desprecio que sufrí de mi padre de niño, en forma pasiva.

Freud hace referencia a “apoderarse de los síntomas y hacerlos desaparecer, activando las fuerzas motivacionales que en la época en que los síntomas nacieron no se hallaban a disposición del enfermo. Este proceso culminó en la represión”. Claramente dichas fuerzas inhibidas son la causa de mi falta de pasión en la actualidad, y fueron producto del desprecio y ausencia de mi padre desde que me concibió. Yo no conté nunca con él para volcar mi libido ni recibir la suya, y esto generó un gran vacío los primeros cuatro años de mi vida, atenuado después con la crianza de mi papá Gustavo. En todo caso mi libido se podría haber adherido a la fantasía de la imagen paterna ausente, y el dolor inconciente por su desprecio. Si a esta sombra del cariño ausente de mi padre no la desarticulo, va a continuar restándome en todos los caminos de mi vida.

Un sueño revelador con mi abuelo Miguel

Hoy por la mañana soñé con mi abuelo Miguel, fallecido hace treintaidos años, que estábamos almorzando junto a mi abuela en su casa de calle Rodríguez, y yo comenzaba a alentar con un canto de hinchada a Newell´s, nuestro equipo de fútbol. El estaba muy contento y orgulloso de mí, de que siguiera la tradición y amor por el equipo que él también tenía y me había transmitido. Fue el sentimiento de compartir algo tradicional, bello y familiar en común, y los dos estábamos muy felices. A esta emoción de compartir algo tradicional que nos unía, con un ser querido orgulloso de mí, no la experimenté jamás en mi vida, ni siquiera con mi madre ni con mi papá Gustavo.

Previamente a este sueño, ocurrieron sucesos vinculados con el mismo, y con la temática de fondo de la función paterna debilitada en mi vida desde que nací, y su correspondiente desmentida como una de las causas fundamentales de mi neurosis. Aparte de manifestar mi preocupación por no cumplir bien yo dicha función con mi hijo. Por ejemplo, dos días antes del sueño, yo había jugado con una pelota de Newell´s con mi hijo en el parque, después de mucho tiempo sin hacerlo, y luego de un comentario de mi mamá acerca de que mi hermano estaba realizando dicho juego con mi sobrino para entrenarlo. Una semana antes, yo había observado las dificultades de mi hijo para desarrollar la práctica de fútbol en las clases a las que asiste dos veces por semana, por lo que ya tenía en mente entrenarlo. Por otro lado, también durante la semana previa al sueño, vi en una red social las publicaciones de mi amigo Tiago con su hijo juagando al básquet en el equipo de Newell´s. La fecha del sueño fue el veintinueve de septiembre, día de los Santos Arcángeles (y de San Miguel), tal como se llamaba mi abuelo. Todo esto relacionado con la enseñanza de Freud de que en los sueños se condensan y desplazan las percepciones de los últimos días o semanas del sujeto.

Este sueño fue de vital importancia dada la intensidad emocional que me produjo contar con el cariño y aprobación de mi querido abuelo, como una parte de la energía paterna que me faltó desde mi gestación. No tengo la menor duda de que la inspiración del sueño se produjo por intervención divina, sea de Jesucristo, la Virgen María, Dios, el Espíritu Santo, o los ángeles, dado que ocurrió en la fecha de la conmemoración angélica y, como de costumbre, siempre solicito protección y sabiduría divina para mí y mis afectos antes de dormir.

Técnicamente, a nivel psicológico, el sueño vino a proporcionarme el conocimiento visual y emocional de ese entendimiento, cariño, orgullo y confianza que jamás había yo experimentado así, ni por mi padre ni por mi madre, y reveló que mucha de la reticencia de mi madre para confiar más en mí, fue justamente esa carencia mía de apoyo paterno, esa certeza. Como resultado inmediato del destrabe que produjo la escena con mi abuelo, mantuve una reunión con mi jefe laboral con quien suelo tener diferencias de criterios a menudo, y a pesar de discutir sobre el procedimiento a seguir con diferentes expedientes, llegamos a un acuerdo y terminamos compartiendo temas familiares de charla. Claramente, las fuertes discusiones que solíamos tener antaño, y su desconfianza para atribuirme funciones, se debieron a muestras de debilidad y negligencia de parte mía, y a su excesivo formalismo. Pero con el cambio de actitud y mayor compromiso que decidí adoptar luego de mi última mala calificación, sumado a la fuerza del dichoso sueño, tuerzo el rumbo de un destino errado y logro una realidad más feliz.

Mi amado abuelo Miguel fue uno de los dos modelos paternos que yo tuve desde mi nacimiento, ante el abandono de mi padre biológico, fue quien me introdujo en el amor hacia la música, ya que era un gran melómano de tango. Y aparte de hacerme hincha de Newell´s, fue quien compartía juegos conmigo, como las rascadas de espalda, las compras y caminatas que hacíamos juntos en el barrio, el gusto por la lectura del diario y la clasificación de información, los bares que él frecuentaba y me hacía conocer, etc. Muchas de estas tradiciones yo las comparto con mi hijo al día de hoy, aparte de sumarle los principios y valores que me enseñó mi papá Gustavo.

Con relación a mi amigo Tiago y el vínculo con su hijo, es claro que genera incertidumbre en dos aspectos, comparándolo con mi realidad. Estos son: primero, la relación fraterna que mantienen entre ellos, teniendo su hijo once años, pone en duda el vínculo mío con David para el caso de que yo no sea lo suficientemente buen padre, y mi hijo opte por distanciarse de mí cuando tenga autonomía. Actualmente eso no sucede porque mi hijo disfruta mucho las actividades conmigo y accede a la mayoría de ellas. Y en segundo lugar, me cuestiono la integración con su grupo de amigos a la que le permite acceder Tiago a su hijo, siendo que yo no tengo grupos de amistades desde mi adolescencia, siendo mis amigos sueltos e individuales en mi vida, sin conocerse entre ellos. Este último sería un punto secundario porque no tengo interés en generar una agrupación de amistades, aunque sí deseo expandirme a nivel social con nuevos vínculos, generando una red de relaciones a las cuales poder recurrir toda mi vida para no padecer la soledad.


El pernicioso hábito de proyectar demasiado a futuro. Una nueva perspectiva social para mi vida

Históricamente yo cultivé el hábito de proyectar demasiado a futuro ciertos objetivos en mi vida. Esto me ha resultado muy bueno en algunos aspectos, y ha sido causa de ruina en otros. Por ejemplo, programar la cursada y prioridad de materias para rendir en la facultad a largo plazo, fue fundamental para poder recibirme, al igual que los beneficios de mi título con los ingresos y posicionamiento que me permite en mi trabajo. Pero contrariamente, pensar muy a futuro el uso de la casa que compré para la provisión de mi hijo, ideando incluso una cochera para que él dispusiera al tener un auto, siendo que la adquirí cuando apenas él tenía un año, fue un grueso error que pagué con la contrapartida de haber estado muy derruido dicho inmueble, gastando cantidad de dinero, tiempo y energía para refaccionarlo y ampliarlo, con múltiples percances. Sumados al movimiento imprevisto del destino que produjo que Sofía y David se mudaran de allí, apenas tres años después de ocuparlo. En este emprendimiento necesario en mi vida, yo debí haber buscado un lugar un poco más chico (como un departamento de pasillo), o haber pedido un préstamo o más ayuda económica a mi madre y adquirir un hogar en mejor estado, sin programar demasiado lejos el uso que mi hijo y su madre fueran a darle.

Como regla general, aprendí que en cualquier orden de la vida, no es bueno pensar demasiado a futuro. 

Matías Castagnino

LIBRO: "LA CURA PSICOLOGICA DE LA NEUROSIS DE IRINEO CROPOSKY (SUS AUTOANALISIS Y TERAPIAS)" MATIAS CASTAGNINO












 LIBRO: "LA CURA PSICOLOGICA  DE LA  NEUROSIS DE IRINEO  CROPOSKY  (SUS AUTOANALISIS Y TERAPIAS)"   MATIAS CASTAGNINO

El proceso sutil y acumulativo en la formación de algunos síntomas

Determinados síntomas persistentes en la vida del sujeto neurótico se caracterizan por desarrollarse lenta y sutilmente, en la medida en la que se acumulan emociones, pensamientos y conductas oscuras, a veces demasiado fugaces o en apariencia insignificantes. Freud estableció que la diferencia entre la salud y la neurosis es relativa a la vida pràctica y depende del grado de goce y de actividad de que la persona es capaz, reduciéndose a las proporciones que existen entre las cantidades de energía lilbres y aquellas que se hallan inmovilizadas a consecuencia de la represión (Lecciòn 28 – “La terapia analítica”)

Yo compruebo en mi vida que la actividad y frutos que puedo llegar a lograr no dependen necesariamente de un buen estado o momento psicológico. Por ejemplo, durante el año 2019 obtuve muy buenos frutos en mi vida, algunos como nunca antes los había logrado, y sin embargo sucedieron en un período de bastante soledad y falta de goce general. Asì fue como estabilizamos la separación con Sofìa firmando el Convenio de común acuerdo. Luego filmè por primera vez un videoclip en Buenos Aires; toquè por primera vez en vivo en esa ciudad, en pleno centro; realicè una gira en Mar del Plata, viajè a Còrdoba con mi hijo exponiendo en la Facultad de Lenguas. Todos estos logros ocurrieron con un trasfondo de mucha soledad en mi vida, incluso sin lograr conseguir la novia que hace años vengo buscando, ni dar con un psicoanalista adecuado sino hasta un año después de todo ese período. Creo que es mucho màs significativa la capacidad de goce que las actividades en sì que el sujeto realiza, para determinar su sanidad.

La conformaciòn de una pareja estable y un mayor nivel de sociabilidad general son las dos razones principales por las que comencé la terapia psicoanalítica. Sin dudas que encontrar una mujer apta que sea mi compañera es una meta bastante difícil para mì. Pero aun logrando estas dos metas, no puedo asegurar que mi neurosis quede curada. Evidentemente existen otras clases de síntomas en mì independientes de esos dos sueños, como la tendencia a la ansiedad, que debo tambièn desarticular para considerarme curado.


Sobre el fracaso de las satisfacciones sustitutivas en la formación del síntoma

La formación del síntoma puede tener las condiciones previas en el sujeto de:

1)   Abandono del autoerotismo

 

2)   La eliminación de satisfacciones sustitutivas, creando una fantasía inconciente con un determinado monto de investidura y oposición a los requerimientos del yo

En los casos de mis punzadas sintomáticas en el pecho, siempre existió dicho fracaso de las satisfacciones sustitutivas. Esas punzadas remiten al trauma inicial de mi vida del abandono de mi padre, y los temores y angustias que eso produjo, sin haber realizado nunca bien el duelo. Por ejemplo, la caída del balcón en la obra se produjo paralelamente a un aumento de mi conflictividad con Sofía, sintiendo previamente yo el dolor de que una reconciliación con ella estaba cada vez más alejada.

Precisamente a la obra la comencé en el mes de febrero de dos mil veinte, apenas regresó ella y David del viaje a Mar del Plata, al que se negó a que yo la acompañe. Durante esas semanas de ausencia yo me sentí muy solo, ya que fue la primera vez en cinco años desde el nacimiento de nuestro hijo, que no viajamos juntos y que estuve tanto tiempo distanciado de él. Yo pretendí hacer funcionar a la ampliación del hogar con el dormitorio para mi hijo como una satisfacción y consuelo ante un vínculo que se venía deteriorando más a través de los años con Sofía.

Claramente yo identifiqué la pérdida del objeto de amor de mi hijo y Sofía con mi padre también perdido en mi infancia, somatizando el dolor de ver ir deteriorándose el vínculo con mi hijo como consecuencia de no haber realizado bien el duelo con mi padre, y que esto me afectara inconcientemente.

Diferentes actividades de mi vida han funcionado como satisfacciones sustitutivas o bases de estabilidad durante décadas (por ejemplo el arte, la música, la lectura y la escritura, el estudio de la psicología y los autoanálisis, etc.)

Los síntomas afloran ante situaciones de mucho estrés, en las que estas actividades no llegan a contenerme. El punto es que las satisfacciones sustitutivas pueden ser sintomáticas o no. En mi caso lo han sido cuando busqué compulsivamente músicos o mujeres, esforzándome grandemente en comprender y luchar contra el trauma no resuelto del desprecio de mi padre desde que nací. Por eso, para lograr tener una pareja estable, y para generar proyectos grupales, primero (o paralelamente), debo desarticular dicho trauma, y realizar plenamente el duelo. Así también, la búsqueda compulsiva de mujeres funcionó como un rechazo a la castración de mi mamá, de no brindarme el suficiente cariño que yo esperé, que es el mismo rechazo que Sofía siente hacia mí, y no termino de aceptarlo del todo. Existe ahí una identificación mía con los rechazos que recibió mi padre por parte de mi mamá, y lo marginado que terminó en la vida, pero en su caso justificadamente.

A la vez, el descarte compulsivo y falta de amistad que yo genero con dichas mujeres esconde una identificación con el desprecio que tuvo mi papá hacia mi mamá, y un desafío hacia él por los “títulos de virilidad en mi bolsillo” que no posibilitó para sepultar el Complejo de Edipo.

 

Consigna de la psicóloga Margot: “El malestar y angustia por la futura muerte de mi madre”

Una de las ideas que más malestar me genera en mi vida es la de encontrarme muy solo a futuro, más de lo que ya estoy ahora. Lamentablemente yo me encargué de que mis vínculos sociales sean bastante precarios al día de hoy, sin haber cultivado una mayor continuidad, cercanía, fluidez, etc.

La angustia que sentí en un encuentro con mi madre, en un período de bloqueo libidinal mío por la paralización de la obra en un ex hogar familiar, fue por el sentimiento de desamparo que me vino al pensar que ella fuera a morirse, y lo desprotegido que quedaría yo, siendo el único familiar con quien mantengo un vínculo más cercano y amoroso, después de mi hijo.

También puede angustiarme el dolor de saber que con mi padre biológico quedó una puerta completamente cerrada en mi vida hacia un camino de amor, y verla a ella reactualiza en parte ese dolor, siendo un sufrimiento que en su momento fue compartido por los dos.

El hecho de desarticular los aspectos bloqueados de mi hombría en general es algo que lo vengo haciendo inconstantemente desde hace muchos años, con diferentes psicólogos. Y en dos de esas oportunidades fue al romper el vínculo con mis ex novias Melania y Xiomara.

Entre los aspectos de mi hombría que también necesito desarrollar, aparte de los vínculos de pareja, se encuentran la obtención de ingresos económicos paralelos a mi trabajo, mejorar los vínculos con jefes, amigos, familiares, etc.

El punto fundamental es que yo me puedo imaginar y tomar decisiones ahora que mi madre vive, para destrabar esa hombría, sin esperar a que ella muera. En cuanto a un nuevo noviazgo, nada me ata afectivamente a Sofìa, pero la coyuntura actual de mi vida no es la adecuada para buscar una nueva mujer, siendo mi hijo muy pequeño, necesitando apoyo en el habla y desarrollo, y teniendo yo pendiente la finalización de la regularización de los planos de la ex casa familiar, para poder venderla.

Es claro que el vìnculo que màs me contendría ante una situación difícil de mi vida sería una pareja estable, lo cual lleva años generar. Tal como ante los percances y dificultades de la obra, Sofìa no me dio su apoyo para nada, y mi hijo carece de la madurez como para contenerme, yo deseo estar preparado con una pareja ante cualquier futura dificultad en mi vida. La única persona que màs me ayudò con dicha obra fue mi madre.

 

De cómo se produjo la desintegración de mi familia ensamblada. Desarticulaciones de mis mecanismos de soledad

El período de mi vida en la familia ensamblada que generó mi madre se extendió desde el año 1981 hasta 1998, y fueron los años más felices de mi existencia. Es por eso que tengo sueños recurrentes (al menos cuatro al año) con el hogar que habitamos todo ese tiempo, y que recuerdo con tanto cariño. Evidentemente, siendo los sueños manifestaciones de deseos, es claro que remiten a aquel período por representar “la patria perdida de la infancia”, que ya nunca más se recupera. Lamentablemente, a partir de que mi madre se abocó a su desarrollo profesional, el grupo familiar compuesto por mis tres hermanos, mi papá y mi mamá, se fue desintegrando paulatinamente, desde el año 1994 en adelante, cuando mis padres se separaron por primera vez, y yo me lancé de lleno a mi oficio de artista, con catorce años, creando música y literatura.

Con la decisión de irme a vivir solo a mis veinte años, se profundizó un estilo solitario en mi vida, que padezco hasta el día de hoy y que me lleva a tener una vida social muy empobrecida, tanto a nivel familiar como de amistades y de pareja. Tan precarios son mis lazos afectivos, que exceptuando a mi madre no cuento con ningún adulto que pueda asistirme o contenerme en caso de necesidad, dado que con la madre de mi hijo estamos separados desde hace cuatro años, mis hermanos mantienen un vínculo distante hacia mí, y no consigo establecerme con una pareja fija desde hace bastante tiempo.

Puedo decir que desarticular los síntomas que conforman esa soledad

nociva, es la gran meta que persigo con el psicoanálisis, y la cima más alta a la que llegar a nivel humano. Y a pesar de ser mi hijo el logro más grande que generé, y de actuar como un desarticulador de mi soledad al sostener nuestro vínculo, aquellos síntomas siguen perdurando a través de los años. Sin duda que remiten a los traumas que padecí los primeros cuatro años desde que nací, ocasionados por la violencia y ausencia de mi padre, siendo el fantasma asumido por mí, de posicionarme en “Irineo, el despreciado por su papá”, una de las principales creencias inconcientes que debo vencer.

La salida del círculo repetitivo de soledad sintomática, y de falta de asistencia familiar, es generando amistades nuevas y consolidando las viejas.

Matías Castagnino 

lunes, 18 de octubre de 2021

COMPILACION DE POESIAS DEL LIBRO "A LA HUMANIDAD LE QUEDAN 600 AÑOS..." - MATIAS CASTAGNINO

 









COMPILACION DE POESIAS DEL LIBRO "A LA HUMANIDAD LE QUEDAN 600 AÑOS..." - MATIAS CASTAGNINO

AL NACER, LA VIDA NOS PUEDE SITUAR EN UN LUGAR PEOR QUE EL DE NUESTROS PADRES E HIJOS

La vida me puso entre una espada y una pared tan cínica

como cruel. Mirando hacia atrás del paréntesis en la eternidad

que son mis días, mis padres no vivieron ninguno de los dos

una llegada al mundo dolorosa y en guerra constante como la mía.

 

Y contemplando hacia adelante la grieta en la realidad, que es mi

existencia y cualquier otra, a mi hijo le he brindado una luz e integridad que

en esos primeros años me faltó por parte de mi padre, y que tanto

me marcaron.

 

Creo que solamente me salvó el amor que recibí del lado de mi

madre, y el sentido de santidad divina que puede darse a cualquier

dificultad de la vida.-

Matías Castagnino 


VIEJA ARAUCARIA DE MI CASA NATAL

Pata de elefante araucano tu especie.

Resina de pino lo que circula adentro tuyo y te mantiene.

Pinchos se hacen una suerte de escafandra, casi piel

que protege tu fino cuerpo cuando crece.

Y en lo alto: casco de soldado tu copa, igual de verde,

igual de redondeado.

 

Quisiera en verdad llegar a tu parte triste, las raíces

llenas de sabiduría, o sacudirme como tus ramas a la ventisca.

Y es que los dos necesitamos pinchar para hacer sentir

nuestro círculo impenetrable. Aunque sepa que la

deforestación acabará contigo…conmigo, vieja araucaria.

 

Dejaste caer un brazo y ahora el otro se inclina

con vendavales que arrastrarán tu cabellera.

Pero como un vínculo secreto entre los dos, supiste

ser imagen que perdurará por siempre. La silueta áspera

que se traza fue historia en mis días.

Y al terminar volverá tu olor salvaje, regresará a embalsamarme

en años luz de distancia.-


DIGOS

Digo siete y media y se abren dos senderos: tus ojos.

Digo calor y tu mirada me acobija.

Digo herida y ese mirar me penetra, eclipsado en un espacio.

Digo llave y tus pupilas se abren, cuando el asombro.

Digo amor y los ojos me consumen.

Digo que sos todo y brillan tus ojos, creo estrellas.

Digo resplandor y las retinas detrás de mí, perlas verdes.

Digo que no sé si nos encontraremos en el más allá,

y tu mirada cae y se va en lágrimas.

Digo destrucción y ya estoy temblando, los senderos se desploman.

Digo que me voy y ya empiezan a extrañarme.

Digo se acabó y caen dos párpados sutiles, pues cayó la noche.

Otro día se fugó.- 

Matías Castagnino 


AHÍ DONDE LOS DOS NOS HACEMOS UNO

 Mi visión es liviana, como la de la babosa

que se hace agua con la sal, pero nunca abandonó

la profundidad. Tanto para penetrar las pupilas que

te separan, y a tu universo, de la realidad quizás ilusa.

 

Y así y todo, los días…y así en ellos nuestro eterno

retorno al cauce natural que las correntadas del

instinto surcan. Ese inmutable volver inconciente,

que ni la sal puede cambiar.

Sólo destellos que centellan en lo oscuro, ahí donde

los dos nos hacemos uno.

 

Y así la noche desmembra su larga pollera

sobre nuestras cabezas, y aquí nos dejamos vivir.- 


AL CAER DE LA LLUVIA

Ventanal entreabierto de tarde lluviosa…gris. Permanece gris.

Los violines silban melodías desde una orquesta comprimida

sobre el roble del anaquel; llenan el aire con gotas de cristal

acompasadas, que explotan y luego son iglúes…Transparencia

flotante en la alfombra líquida; moviéndose hasta estallar con

estrellas, soles, asteroides en colisión.

Ya toda la creación vino a mostrarse en el torrente de lágrimas.

Ya destellan las sensaciones de unidad, convites que justifican

la existencia.

 

Brisa tenue que entra transpirando el aroma inconfundible

del aguacero en el cemento…humedad de río cercano.

Yo voy siendo en la sonata, me desnudo en gracia con piel

vuelta trino.

Nada puede preocuparme, tengo todo resuelto.

Se carga todo de significado, danzante esencia,

y nada merece preocuparme.

 

Seguramente he creado esta escena en un pasado;

huelo el aroma de imagen…vislumbre…deseo.

Mágicamente entró al cuarto eso que perdura intacto…

inconmovible, inmutable de eternidad entre carne, hueso y venas.

Misterio que al fin me dio cielo tajeado

con claroscuros de sol saliente y la misma inspiración

en igual circunstancia, que deja saberse constante hasta el fin de los días.

 

La idea bajó por tanzas al papel arriba.

Me adelanto, veo bastante más amplio

y vuelvo a transformarme en vibración.

¿Quién osará arrebatarme el brillo, fragor que

destilan los vapores del sufrimiento?

Corriente, has fluido por el cauce de tu río invisible

bajo un puente hecho de este ser en alambiques

que hoy me devuelve a exacto lugar…sentir.

Que junto con quien entrara al cuarto

tras caminar y devenir,

devela abierto aquel espíritu perdido,

en adolescencia nacido, cuando ardiente acometía

la pasión de hacer mi arte mejor que nadie,

revolución rafagal…gozo ante el anhelo de perfección,

por cierto mucho más hondo entonces.

 

Pues he descendido concientemente a un infierno del éter,

prisión de la sangre sin motín ni guardiacárcel;

enrejado de olvido y desamor.

He caído en un desliz

a lo más bajo de esta carne

sólo para despertarme, alivianar otros lastres

y salvarla al fin con miel y terciopelo,

del que fuera y es culpable,

encantado por el mal.

 

Lluvia que cedió ante el fuego de esta letra.

Gotas colgando de la reja en guirnaldas

preparadas para caer.

El que entró y su compañero olvidaron

cerrar la puerta, entornada ahora.

Ya partieron, pero no así estas prendas que de nuevo

he vestido, de una vez y quizás para siempre.

No hace falta continuar la línea tintórea

si es que bien cruzó el pecho,

dejó registro, dio vergel.-


ENCARNANDO AQUELLO DE LO ESCRITO

Y trajo al cuerpo todos aquellos viejos temores, las heridas del alma.

Y por no estar dispuesto a perder, riesgo de involucrarse,

desdeñó endebles pares de opuestos, divino enfrentamiento,

neutralización y neblina.

Y tan pobre en las cadenas, ha desperdiciado una oportunidad

más con lo liviano, las luces…

 

Valle sombrío…iridiscencia en la noche entrante.

Porque letra viva, viva muerta,

sabe de mentir igual que ser sincera. Dio en volverse

trampa palabra, refugio cobarde de un dolor anterior

en resabios también.

 

También silente, atravesando el aire, terminará

encarnando quizás aquello de lo escrito, cual premonición

en potencia, rastro tenue del destino.-


ELLAS SON ELLAS

El portal se abre

y ella salió en desabillé

suave de manos.

Ella, ellas...un vergel destinado a endulzar

con sabiduría y mensajes del porvenir.

 

Ingenua la mirada, tierna la intensión.

Un instinto que parte las rocas.

Sobrecarga de actividad

para evitar el dolor de la ruptura.

Honor al diálogo aún en el caos.

Nervios de menstruación

de dietas.

La inscripción genética del sometimiento

y una cierta pena en el habla

por los estragos de la naturaleza al cuerpo.

 

Ibas como abriendo el aire

suavemente en tu andar

con tránsito lento misterioso

con bastardeado orgasmo.

Nosotros esperaremos llegar

a las cosas simples de la vida como anclas

como ellas.-

 

LA PROXIMA VEZ SERA

Cuando me pregunten por el amor,

hablaré de vos; de que no se ara ida y vuelta

la planicie cambiando de buey.

Peligra el exceso de miel envenenar

con dulzura la sangre, lo oscuro de lo bueno,

el silencio de la melodía.

 

Vi al muchacho especulando el ramillete

en la punta de los dedos,

sobre la hoguera de corazones.

Pensó escribir en la piedra del umbral

lo que le dictaba la piel, pero rehusó.

 

En verdad, ¿quién tiene certeza de la unión final,

complemento perfecto de las partes?

Eso que Dios también ha unido

y se separará luego.

Toda la eternidad buscándose, por vidas enteras quizás

en pos de la intersección que selle el lazo,

que se encontrarán por cansancio

y por la atracción última.

Alguna orquídea habrá

en la solapa de la división.

 

Será distanciada la evolución del sol y la luna

que antes eran uno. Sol tu luna…sol tu luna.

El eclipse corre por cuenta de la providencia

y aquí seguirá el muchacho regando de pétalos

veredas, que el viento arrastrará allí donde

raya el día sus primeros celestes y termina la noche.

 

Mientras el universo se sigue yendo

y sus residuos de estrellas también,

y el cambio partió para darle paso al cambio

que ya no es.-

 

 VEO TU SOMBRA VENIR

Veo tu sombra venir desde el horizonte, vagabunda…

Sentí los pasos y supe que era ella, pronta a descansar en mis palmas.

Las hojas revolotean sobre la vereda

en remolinos que danzan con sus trompos,

para perderse allá donde el suspiro de la ventisca

que nunca dejó pasar la cordillera.

Nunca dejamos de ser sombras perdidas,

como hojarasca a merced de la ventolera.

 

Y así agujas se perfilan hacia números en muñecas

por venas perforadas, y ahí se instala el jugo de lágrimas

que dobla hasta al más duro.

Y así se desdibuja tu imagen como vista tras el cristal

de la botella que deforma lo más puro.

 

Esta noche da su música de grillos que cantan en coro,

y ladridos desafiadores. Disfruta de su sarcasmo de

guapos que terminan por la pólvora, y yo frente al cenicero

en la mesa, con tu sombra al lado.

 

Ella pende de mi pecho con un clavo

y sabe ser ventana en mi esternón,

mostrando cada sucucho escondido.

Cada herida se abre ante su presencia:

asoman las entrañas.

Y ella siempre ahí, tan sin forma como

la mancha de humedad en la pared.-

 Matías Castagnino


VARADO EN LA FRONTERA CON BRASIL

 Aquí es que estoy, con el sentimiento

que ha recibido el nombre de “espera”.

Aquí pareciera, pero mi cuerpo se encuentra

en el banco que lo sostiene, y mi mente en el papel

con sus pies, reposando sus manos

del otro lado de la frontera.

 

Quien dispusiera el trazado estéril de límites en la tierra

no ha previsto la ansiedad de un turista sin pasaporte,

entrando por coima a su propio país,

aguardando bajo el sol a dos amigos…

al colectivo treintaicuatro cuarenta.

 

Cruza un pensamiento, fina aguja

desde algún lugar y sin permiso.

Pasa por mí, me atraviesa y deja una estela serpenteante.

Logro descifrar el mensaje entrelíneas:

debo crecer, luchar hasta agotar toda fuerza.

No puedo dejar pasar ningún llamado…

Posponer cualquier oportunidad que aumente

el brillo es un crimen individual y colectivo.

Todos somos algo criminales…

 

Es poco el tiempo de mi longeva vida,

gota en la inmensidad de lo creado

y de antes también. Soy modelable a cualquier

expresión del espíritu en cualquiera;

soy esponja a la vez que goteo el jugo.

 

Una paloma baja a mis pies…no necesita más

que alguna migaja para ser feliz.

El sol extiende su manto dorado

sobre las pieles de los vendedores

ya curtidos de esperanza errada,

de rechazo o indiferencia, que es peor.

 

La espera puedo pulverizar ahora que la palabra

ha entrado y el encuentro carece de sentido,

pero sólo por lo que dure esta ráfaga;

porque he venido aquí para detenerme en las

luces y en la piedra, pero no a costa de alejarme

de la carne, de la tierra, si es que con ella circula mejor el caudal.-


EPISODIOS DEL FUEGO

Todas las posibilidades de lo que podría haber sido mi vida

son realidades paralelas que también existen, y todas evitadas,

para traerme hasta esto que soy hoy; tanto las alternativas ruinosas

como las lumínicas. Vaya a saber quién habrá encarnado esas

posibilidades que dejé flotando y evité…

¿Quién se queda con el perro?, se preguntaron los dos antes de

separarse.

Las segundas partes nunca son buenas, y nada más tierno que

una pareja de ancianos.

 

Mi gloria crepuscular y el prontuario de la luciérnaga.

La vida es don. Amar es darse, y a-mor significa “sin muerte”.

Tienes demasiado y demasiado poco. Serás labrada por una

búsqueda sin tregua. Acción y materia prenden la chispa divina.

De lo divino, única realidad, la criatura sólo puede sufrir la

ausencia o intuir la presencia. Que la intuición sea tu guía.

 

Necesitamos arder; el ardor del fuego sagrado espiritual.

Sembrar en cada uno una simiente de fuego para arder.

Un buen maratonista no agota sus fuerzas al comienzo

de la carrera. El obstáculo también confiere fuerza. A mayor

obstáculo, mayor confianza en tu fuerza. La grandeza de un

obstáculo no es castigo, sino confianza.

 

El ruido de las cosas cuando caen…Bajo todas las formas de

la frialdad, el ligamen quebró. Luego corta, luego une,

luego repara. Que el odio no haga carne en nuestro corazón.-


ESPERANDO EL AMOR CASUAL

 El ventanal. El ventanal con sus mesas es el sitio estratégico

donde siempre anclar en un bar, del lado de la mesa donde

más gente se pueda apreciar de frente, de las que pasan por la vereda.

Y en estas butacas de cine callejero, un reducto fijo,

un ojo contemplador tras los cristales que separan el celuloide

móvil animado por gente, autos, semáforos, recorridos de colectivos,

como otra realidad traspasando el vidrio.

 

Soy un diseñador con la espada hecha lápiz y escudo de papel,

pero aceitando la mayor de las armas: la mente. Soy un creador

de expectativas pensando lo dificultoso: un nexo de conexión entre

el color que llevan mis días a cuatrocientos kilómetros de aquí y

esta ciudad, buena en principio, dudosa en el fin.

A lo difícil más dificultad puedo agregar, con el ansia por momentos

desesperada tras un nuevo amor, pero verdadero. Nadie mejor que

grandes soñadores para parapetar en la imaginación encuentros

ocasionales, repentinos, quizás ardientes pero misteriosos, y por

siempre eternos; los que parece están demasiado altos

para las enanas de aquí.

 

La idea fugaz de que la muchacha que entra al bar, de pelo enrulado,

sintonice sentándose en la mesa contigua enfrente mío, se

desmorona al ocupar un lugar tras mis espaldas, llegando unos

minutos después su intento de acompañante.-  


ESPERA IMAGINARIA

Digno atardecer de su octubre pálido desde la vidriera para allá.

El ramillete asoma en la punta de los dedos

y arremolinándose

un manojo de pensamientos surgen

cortando el hilo maravilloso de la nada.

Niña pasa y se le escapa el pañuelo carmín desde su pelo

danzando en el aire un dibujo misterioso del viento su contorno.

Yo sólo espero por el encuentro de las cinco en gris...

tan puntuales como estacas

implacables las agujas del reloj.

Ya no más alternativas que aguardar los contrastes de los blancos y los negros.

Gris amor.

Melancolía,

anhelo que arremete la cabellera de árboles tu otoño.

Sin despojos la madera habrá de avistar otra estación

que la hace parte en su seno sin querer,

como la vida a los hombres y el mar al pez.

Brisa,

suave brisa que después será lluvia

ya en el vidrio del café ya sin reunión antes pactada.

Y gotas van juntándose

y arrastran a otras en su caída serpenteante,

frenada y de vuelta precipitándose.

Entran gentes con el rostro de ella, desnuda de terciopelo.

¿Alguno será conciente de las gemas del momento presente?

Lo eternal reposa en la mesa

y no es nada más que una taza de café que nadie beberá.

Borras del desencuentro,

suave humo de un inesperado devenir.

Se ha embalsamado el tiempo y todos sus ilusos.

No queda más que pasar entre las mesas

de regreso al living de casa,

del televisor que empieza a mostrar la historia de un café

y la espera nefasta que no fue.

Solamente

debo contemplar la secuencia:

ese otro observador tiene las marcas de la gota gorda

en los poros que su mirada refleja tras una jornada agotadora.

Mente sola

he de encarnar esa piel también mía.-


ALGUNAS NEUROSIS JUNTO A MI NOVIA ODESSA

Cada vez que nos sacábamos de nuestras propias trincheras

de aislamiento, enseguida le pasábamos la cuenta al otro

con una guerra bastante álgida: o buscar pelos en la sopa

para estallar; o provocar con actitudes, etc.

 

Yo pretendía inconcientemente generar una pausa, un vacío,

un espíritu neutro y sin interacción con Odessa durante mi

aislamiento. Como pretender invisibilizarla para no verme

afectado por ella y amenazado ante la salida de mi trinchera

cueva, donde me sentía protegido.

 

Tus escaladas de violencia son la impotencia interna de no

sentirte comprendida, con la reactividad que eso produce en

vos. Sentir que no comprendo que ante supuestos aislamientos

o rechazos mìos, te ves nuevamente amenazada como cuando

eras niña, a quedarte abandonada por tu padre que viajaba o

por tu madre que nunca maternizò bien con vos, tratándote como

a una adulta cuando apenas eras una piba.

 

Al fin de cuentas creo que nos buscamos para contrarrestar nuestras

pulsiones de muerte o Tanatos, que son muertes muy especìficas,

Y nuestro organismo defendiéndose contra todas las amenazas de

muerte que no sea la que nos corresponde.

Yo te desviaba de tu pulsión de muerte natural (tu apego al trabajo),

y vos de la mìa (mi aislamiento), pero a costa de que Tanatos reaccionara

con agresión por ya no poder matarnos, y exponernos a lo nuevo

que cada uno nos proponíamos al otro.

 

Se trata de tolerar los embates mutuos de nuestros inconcientes,

que se turnan como en una guerrita para expresar lo mucho

que nos marcaron las parejas anteriores, el temor al abandono;

los descuidos de nuestros padres.

 

A veces me pone mal pensar que nuestro hijito estè viviendo

quizás con nuestras peleas, situaciones màs hostiles que los

niños refugiados o sometidos a la inmigración ilegal, que al

menos cuentan con el amor de sus padres.-

Matías Castagnino