martes, 19 de febrero de 2013

FABIOLA Y DUCLAIA

No se soportaban pero tampoco se separaban.
Habían recorrido un camino muy largo juntas,
pero no habían llegado lo bastante lejos.
Fabiola vendió su virginidad para
pagarse los estudios universitarios.
A Duclaia la exitaban desde niña las mujeres
(se notaba por la cercanía al rostro con la que les hablaba)

Un dólar, un delineador y un poema incompleto….
Soportaron más fracasos de los que les interesaba recordar.
Oriundas de Saint Etienne, se declararon su amor
en Notre Dame de la Garde.
Como dos toros de ojos rojos reventándose los cuernos
pasaban parte de la semana, pero también el humor
y las flores que salían de sus bocas.
Sus olvidos idénticos…Cuando se hastiaban una de la otra,
la turra de Fabiola invitaba a una tercera o tercero.

Dos eternas enfant elogiando a la inmadurez…
Una el mal ejemplo de la otra, sobreviviendo a
la lista de parejas que se quebraban.
Distancia procíclica. –No me voy, sólo estoy tomando
impulso, Duclaia; creo que he sido clara.-

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