CUANDO TE ACOSTUMBRÁS A PERDER COSAS QUE NO SE
PUEDEN REEMPLAZAR DESDE PEQUEÑO
reemplazar
desde pequeño, corrés el serio riesgo de volverte
un
insensible que no registra al prójimo, que puede hacer del otro
una pared.
reemplazar
desde pequeño, es mucho más fácil y cómodo amar
abstracciones
que a personas, como al arte o a los amores platónicos
envueltos
en princesas rosadas y príncipes azules.
reemplazar
desde pequeño, solés tener conflictos con los jefes
laborales,
y mantenerte en una especie de margen de los grupos.
reemplazar
desde pequeño, es común buscar límites en el prójimo,
los mismos
límites que una parte adentro tuyo grita por aquello
que fuiste
despojado desde niño.
reemplazar
desde pequeño, podés tener impulsos compulsivos
o
autodestructivos, como también los tienen las personas “normales”
que nunca
perdieron nada.
allí vamos
con bisturí y sin anestesia.-
Matías Castagnino