La
identificación que realizo hacia mi hijo con el niño despreciado que yo fui por
mi padre
Con mi hijo David, a veces yo realizo una
identificación con el niño despreciado por mi padre que yo fui, y esto ocurre
desde que él era un bebé hasta ahora que tiene cinco años, produciéndome
angustia. Este mecanismo claramente es señal de que el duelo por el abandono de
mi padre biológico fue incompleto, y haber buscado a un hijo, felizmente me
enfrenta a esa angustia y duelo.
Lamentablemente, el proceso de mi vínculo con él en el
tiempo fue gradualmente de mayor distancia, y esto en buena medida sanó la
relación con Sofía disminuyendo mucho la conflictividad con la firma del
convenio de separación en mayo de dos mil diecinueve. Pero yo estuve y estoy
disconforme sin lograr que David pase más tiempo y duerma en mi hogar, como lo
hizo durante todo el dos mil diecinueve.
Mi objetivo con mi hijo es asistirlo en la crianza para
que crezca íntegro, y generar un vínculo sólido y afectivo con él, para que a
lo largo de toda su vida podamos compartir experiencias, tiempos, viajes, sueños,
conocimientos; en fin, la vida misma como compañeros.
Yo compruebo que el mismo espíritu de intranquilidad
para jugar tiempos prolongados con mis amigos, se me ha presentado también con
mi hijo (aunque no siempre como una constante), y logré desarticularlo
siguiéndole el ritmo a él, acrecentando los tiempos de juegos, siendo creativo
en la variedad de estos juegos, ya que David mantiene la atención en ellos sólo
por contados minutos. Cuando él se quedaba a dormir solo conmigo en mi hogar,
ocurría que él no tenía suficientes ganas de realizar diversos juegos conmigo (por
ejemplo pintar o mirar videos). Por lo que yo lo dejaba y me ponía a leer o
escribir, y él se terminaba durmiendo. Mi intención es llegar al punto en que
los dos podamos hacer tanto actividades juntos como individuales en el mismo
tiempo y ámbito compartido.
Con su mamá, por el contrario, él sostiene mayores
períodos de tiempo jugando solo, sin dormirse ni aburrirse. Pero lo importante
es que a la confianza y entendimiento la logro, y él me demanda esta dedicación
directamente (me pide jugar, me llama para que lo acompañe, etc.)
Visitar a mi hijo y su mamá me levanta el ánimo, me
permite ver con fe mis problemas y proyectos a futuro, y a pesar de regresar a
mi hogar y encontrarme solo, me ayuda a eliminar mis preocupaciones, dándole
lugar a sentimientos de goce. Este goce, a su vez, puede transformarse en
ansias si no lo limito. También junto a mi hijo puedo reflexionar más
profundamente en mis problemas generales y psicológicos, y experimentar escenas
familiares que a veces esconden conductas sintomáticas mías.
El
“gasto inútil” y “lo retentivo” en las neurosis
Mi posición retentiva respecto del objeto de mi casa,
en verdad es la conducta de sostener mi narcicismo y retracción de mi libido,
mediante el síntoma de mi aislamiento solitario, llenándolo con producciones
artísticas e intelectuales, y es la ilusión de poseer el falo en eso.
Al “gasto inútil” neurótico lo desarrollé en mi vida
como consecuencia del aislamiento y de que por la falta de habilidades sociales
(vuelco de la libido hacia las personas), no se cumplieran diferentes deseos
que tuve (como formar una banda estable solista mía). Las oportunidades y
puertas que no se abrieron con la música, con mis proyectos solistas, produjeron
que gastara inútilmente tiempo y energía en caminos diferentes, como la carrera
de abogacía o las bandas de tango y comerciales que formé, también para cumplir
con mi deseo de obtener ingresos económicos con mi oficio de artista.
La defensa de fondo que sostuve inconcientemente con mi
aislamiento y negaciones fue el temor a ser asesinado por mi padre, y en forma
secundaria, el rechazo al desprecio de mi madre hacia mí.
Estos síntomas fueron la manifestación de mi
narcicismo, como consecuencia de la retracción que realicé de mi libido hacia
mi propio yo. Y esto producido por los desprecios, tanto paternos como
maternos, sin aprender a volcar y hacer circular mi libido hacia la gente.
Con ambas posiciones (la retentiva y el gasto inútil),
me consumí inútilmente como sujeto, me agoté, quedé girando en torno a una nada
que en parte me satisfacía sin poder darle curso al acto de mi deseo, y lo
único que gané fue la creación de una pérdida.
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