domingo, 23 de mayo de 2021

LIBRO "LA CURA PSICOLOGICA DE LA NEUROSIS DE IRINEO CROPOSKY (SUS AUTOANALISIS Y TERAPIAS)" - MATIAS CASTAGNINO



El proceso de mi duelo insuficiente hacia mi padre. El circuito de la libido e identificaciones con mi padre

El proceso que mejor se adapta a todo mi desarrollo humano, psicológico y a mis problemáticas actuales, está descripto en el texto de Freud “Duelo y melancolía”, y es el siguiente: yo realicé una elección de objeto ligando una parte de mi libido a mi padre, a pesar de sus ausencias y violencia, durante mis primeros cuatro años. Luego se produjo un desengaño por parte de mi padre y su falta de amor, perdiéndose el poco vínculo que tenía conmigo con la quita de su patria potestad y prohibición de acercamiento.

El resultado fue el normal en mí, produciéndose la quita de mi libido antes puesta en mi padre, volcándola luego más en mi madre, en mi padre de crianza Gustavo, y en mis distintos objetos de juego, con los que yo disfrutaba mucho.

Este mecanismo del desplazamiento de mi libido funcionó muy bien durante once años de vida familiar junto a mis padres y mis hermanos, plenamente creativa. Con la separación de mi mamá y mi papá a mis quince años, se produjo la primer señal de que dicho proceso tenía sus fallas, y al no poder volcar más mi libido en mi papá porque dejó de convivir con nosotros, ocurrió una regresión: esa libido regredió y se retiró sobre mi yo, produciéndome los desmayos, punzadas, mareos, temores y todos los síntomas que me afectaron en el año mil novecientos noventa y cuatro, como recuerdo doloroso de la escena de la separación total mía con mi papá biológico a mis cuatro años.

Superado este período sombrío, mi libido volvió a regredir sobre mí en el año mil novecientos noventa y ocho, cuando lo reencontré a mi papá biológico Oscar, produciéndome síntomas similares a los del año mil novecientos noventa y cuatro, durante dos años y medio, período después del cual no volví a vincularme ya nunca más con él hasta la actualidad (transcurrieron veinte años). En el transcurso de todo este tiempo, yo he tenido múltiples identificaciones con mi padre Oscar como “objeto resignado”, siendo esa “sombra del objeto que cayó sobre mi yo” la que me posicionó como “objeto abandonado”. Estas identificaciones principalmente fueron:

1)   Los rasgos de violencia en el carácter

2)   Ser yo “Irineo, el niño despreciable”

3)   El “hecerme echar” de diferentes grupos y personas

 

En todo el proceso del nacimiento de mi hijo David, su crianza y la posterior separación con su madre, inconcientemente comprendí que ya desde la ruptura con mis anteriores novias, el proceso del vuelco de mi libido hacia ellas y diferentes objetos estaba siendo mal hecho; no era suficiente. Así fue que comencé terapia, pero no tuve la continuidad necesaria para una buena cura y el trabajo de duelo necesario, por el corte del vínculo con mi padre, y por las carencias de mi madre y mi papá Gustavo.

En la instancia actual de mis nuevos síntomas y la nueva regresión de la libido hacia mi yo, ocurrió que llegué al límite de que no pudiendo volcarla bien en mi hijo, por mudarse con la madre y alejarse; y tampoco pudiendo poner bien esa libido en la obra por los obstáculos que me presentó el arquitecto, dicha libido volvió a regredir sobre mí con las punzadas en el pecho, la amenaza de la ansiedad y la angustia, como síntomas. El problema de fondo es realizar plenamente el trabajo de duelo hacia mi padre aceptando su pérdida, sin pretender inconcientemente su auxilio ante mis problemáticas de pareja y vínculos, que nunca tuve en mi vida.

De esta manera debo lograr volver a depositar mi libido en una nueva pareja apta (ya que Sofía también es un objeto perdido para mí), y profundizar esta misma libido hacia mi hijo. Por último, volcarla también en el último tramo de la obra, para poder vender ese inmueble. También deseo ponerla en la profundización con otros vínculos, como mi madre y amigos, sanamente.

 

Mi posición narcisista como bloqueo histórico

Uno de los problemas más marcados en mi vida, y que representa un gran obstáculo, es el hecho de que yo desarrollé mi propia realidad narcicísticamente con mucha más dedicación hacia mí mismo que hacia el prójimo. En este mecanismo existió un predominio del segundo tiempo de la pulsión (mirarse) por sobre el primer tiempo (mirar) y el tercer tiempo (ser mirado).

Claramente, esta posición egoísta llegó a un límite en mi vida, si bien desde el nacimiento de mi hijo comencé a abrirme mucho más y focalizarme en él y en Sofía.

El problema de no cambiar dicho egoísmo es que me lleva a una realidad de mucha soledad, empobrecimiento humano, y con mi paternidad, me conduce a perjudicar directamente a David, como lo hice con mis ex novias.

En la raíz del narcicismo que desarrollé bastante extremistamente retrayendo la libido hacia mi propio yo u objetos inanimados, existen las dos causas fundamentales que fueron:

1)   No encontrar en personas cercanas el afecto para volcar mi libido en ellas (por ejemplo mi mamá, mi papá, etc.)

 

2)   Haber sido criado como alguien demasiado autosuficiente, cuando en verdad no me sentía así.

 

Este último aspecto de mi crianza, ocurrió por los descuidos y comodidad de nos proveía apoyo material, pero poco acompañamiento humano. Fueron muy frecuentes las iniciativas cumplidas a medias por mi mamá y papá. Por ejemplo, cuando me llevó al médico alergista del barrio, el Dr. Gargarella, para comenzar el tratamiento por mis anginas recurrentes, nunca más me acompañó a ponerme las vacunas necesarias, que eran dos semanales, debiendo yo ir solo y cruzar la peligrosa calle Estrugamón, siendo un niño. Tampoco me acompañó en otras actividades, a pesar de que me estimulaba para que las iniciara (como las prácticas de jockey o natación).

Dicho narcicismo está vinculado con el duelo mal hecho por la desvinculación de mi papá biológico, y situarme en la posición de “sujeto supuesto saber” también es una señal de volcar la libido hacia mi yo, como síntoma neurótico obsesivo de negar la división subjetiva desde la lógica del: “sí puedo, sí sé y soy”, ante el dolor del desprecio de mi padre hacia mí. Esta posición de autosuficiencia fue generada también por mi mamá, dada su falta de afecto, apoyo humano, contención cercana, a pesar de todas las grandes ayudas materiales con las que siempre me asistió, hasta el día de hoy.

Otra de las consecuencias de ese narcicismo fue mi incapacidad para hacer circular el falo con mis parejas, en el sentido de sentir ambos que el otro lo completa. Y para esto es necesario que ambos registren en sí una falta, y entrelazarla con la falta del otro. Yo no registraba la falta de mis parejas, salvo casos puntuales, pero sin continuidad.   

Esta incapacidad para registrar la falta en el otro y complacerla razonablemente haciendo circular el falo, la manifesté hacia toda la gente en general. Mi objetivo de desarrollo personal es alcanzar el punto medio entre servir y ser servido por el prójimo, desde un estado de guiar esos servicios a un objetivo mayor, que mis propios sueños. Dirigiendo todo pacíficamente, y equilibrando los vínculos, tiempos, energía, etc. Es una especie de liderazgo general con todos mis vínculos, en el que no necesariamente se relacionan ellos entre sí, pero yo los guío para conseguir mis sueños y ayudarlos a ellos con los suyos. Esta finalidad divina de las actividades, me permite enfrentar los problemas que surgen mucho más placenteramente, priorizando y delegando acciones, vínculos, etc.

 

El proceso de mis noviazgos y amantes a lo largo de mi vida

Yo mantuve un período de búsqueda y sostenimiento de la compañía de novias y amantes durante veintidós años de mi vida, desde mediados de mil novecientos noventa y ocho hasta el dosmil veinte, año en el que con la pandemia del Covid 19 se frenó dicho ciclo.

Ya habiendo tenido a mi hijo priorizado su crianza como meta actual y futura, deseo buscar oportunamente una novia con niveles de libertad altos, como para sostener dicha crianza y mi creatividad artística, sin encontrarme ni estresado ni condicionado por esa novia. Y esto teniendo en cuenta que:

1)   Los niveles de frecuencia son los que generan la toxicidad en pareja, llevando a las rupturas

 

2)   Estoy dispuesto a la fidelidad, dado que también la espero por parte de esa novia para generar un vínculo permanente

 

Para mi escala sentimental de valores, lo más acompañado que puedo estar en mi vida (y sabiendo que la separación con Sofía es definitiva) sería conviviendo con una mujer. Pero dado que en esta instancia ya fracasé varias veces, y que el escenario de mi vida es distinto, al priorizar las visitas y crianza de mi hijo, imagino que sería más viable un noviazgo de poca frecuencia presencial, por ejemplo de una visita semanal y llamadas en otros días de la semana. Con esta pareja podría compartir viajes, incluso sin reclamos si también los hago con David y Sofía.

El sueño y placer mío de tener una pareja estable, no obedece a ub rechazo patológico hacia la soledad, sino al gusto por compartir mi vida con una compañera, y la vitalidad que eso genera. Yo puedo sobrellevar muy bien mi soledad, incluso sin verlo a mi hijo, pero no es el tipo de vida que quiero. Los únicos dos obstáculos que encuentro en este momento de mi vida para concretar la búsqueda de una pareja son:

1)   No estar vacunado contra el Covid 19 y el peligro de contagiar a mi hijo y su madre

 

2)   La parte final de la obra de ampliación de la ex casa familiar que está inconclusa, y deseo focalizar para poder vender ese enmueble

En las rupturas con mis últimas cinco novias se dio una búsqueda compulsiva de la siguiente, como consecuencia de resistirme a realizar todo el trabajo de psicoanálisis que estoy haciendo ahora. Mi negación era a estar solo, y no perseveré con el primer psicoanalista al que acudí cuando corté el vínculo con Melania Fernández, y tampoco con la psicóloga Ana durante el noviazgo y ruptura con Sofía.

El actual trabajo de psicoanálisis me está llevando a comprender que existe un duelo profundo que debo hacer por la desvinculación con mi padre biológico, aparte de desarticular los traumas y síntomas para sanarme de mi neurosis.

Las lecciones más grandes que aprendí tras el límite al que llegué en el año 2020, son:

1)   Que no me conviene comenzar un nuevo vínculo de pareja hasta profundizar más el psicoanálisis y estabilizar mi vida (esto incluye finalizar la obra de ampliación del ex hogar familiar)

 

2)   Que para comenzar cualquier emprendimiento grande y con responsabilidades, primero debo estar bien estabilizado psicológicamente 

 

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