martes, 17 de agosto de 2021

COMPILACION DE POESIAS DE LOS LIBROS "LIBREPENSADOR", "MEMENTO MORI" Y "A LA HUMANIDAD LE QUEDAN 600 AÑOS" - MATIAS CASTAGNINO









LA TRANSITORIEDAD

Que basemos la importancia del amor en el pilar de la

transitoriedad de todo en la vida, no significa andar llenando

de vacuidad, sin sentido, ni de una nada vacía como telón de fondo a

todos los movimientos nuestros.

Ninguna emoción bondadosa se pierde en los tejidos del universo,

como ninguna energía se elimina en la naturaleza.

Y por encima del vacío, el divino paraíso en el que elegimos creer.

Sostienen algunas corrientes psicológicas como la escuela de Lacan,

que detrás de la figura del padre y de la madre no hay nada,

que son funciones que cualquier otra persona puede cumplir,

y que yendo a buscarlos a su tumba aún después de muertos,

los cajones estarían vacíos. Lo mismo predican en cuanto a

“la relación sexual”: sería una ilusión que exista un verdadero ligamen

con el otro y mucho menos la complementariedad de la “media naranja”.

 

Estas falacias podrían hacerse extensivas a cantidad de manifestaciones

de los múltiples quehaceres y disciplinas humanas: también el

arte podría suponerse algo vacío y despersonalizado del artista

que lo produce, o las iglesias como simples espacios para

el sostenimiento de mitos. Incluso montones de los males que

atormentan al hombre desde que habita la tierra pueden pensarse

como fantasías oscuras producto de su imaginación, pero que

pueden llegar a producir consecuencias bien reales.

 

Los aventurados sofistas y defensores de la estructura psicológica

pasan completamente por alto el plano real de la energía,

su interacción y efectos sobre el mundo físico, y el hecho

incuestionable de que dichas energías pueden crearse,

medirse, traspasarse hacia el mismo sujeto o hacia el prójimo,

no sólo desde la propia psiquis humana sino también desde planos

superiores. Sólo que la ciencia y la tecnología no pueden dominarlas

bien al día de hoy.-

Matías Castagnino


VIRGINALMENTE

En el lobby del hotel

fue el encuentro agazapado de la tarde.

Yo traía un beso encadenado entre mis labios

y la llave de ese beso aguardaba en su boca eterna

de las mil palabras.

 

Réplica de un terremoto contenido

-¿por qué no ahora?- me susurró suave.

La idea aquella que quita el sueño

sin más tentación que esos muslos.

Acaso resplandeciente

el infierno de Dante abrió las puertas

y su piel veinteañera era tan tirante

que podías cortarla con un papel.

 

Ahora pareciera que amo más su nombre

que a ella misma

las letras de su nombre nomás.

Perdida que fuera la estrechez esa

estará más cerca mío

que la vena yugular.

Virginalmente mi batalla ganada en tus tierras

y mi alma inconquistable.

Si lo que dice la Biblia es cierto

hace tiempo que estoy perdido,

pero sin ti Maritzia, sin ti.-

Matías Castagnino


TUS ENOJOS Y LOS CARCELEROS

He visto casamientos

de improvisto desistidos como espasmos.

A los bravucones más ásperos

contemplé empapando los pañuelos.

Traté de adivinar

el rumbo del poema,

y aun la tormenta suave

anuncia sensata su llegada.

A la transpiración de la traición

puedo olerla desde lejos,

pero nunca, nunca

me explicaré el misterio

de tus enojos repentinos.

 

El vicio de acumular información

hoy es lo que el viento se llevó.

Del sentido del humor

me enseñaste el sentido arte.

Ya no suelo regalar

los libros sin dedicatoria

ni evitar ciertos tiempos perdidos

por el yugo de la usura digitada.

La melancolía

por el cambio de estaciones

puede ser garrapiñada.

Veré caer las guerras

y al planeta rotar al revés,

Pero jamás, jamás

comprenderé la miseria

de los carceleros que coagulan.-

Matías Castagnino


TU NEUROSIS OBSESIVA

Será que esa neurosis obsesiva son mecanismos psicológicos

de defensa ante los impulsos libidinosos edípicos no resueltos

de pretender enamorarte de tu madre.

Y parece que esos impulsos pueden presentarse en la necesidad

de cercanía con tu madre, o una distancia represora que igualmente

sería contraproducente. Sólo se trata de significar la falta en uno

mismo.

En cada rechazo de tu madre a tu cercanía y búsqueda de cariño,

fuiste generando durezas en tu corazón que te llevaron a defenderte

de esos impulsos libidinosos tan necesarios, reprimiéndolos en tu

aislamiento, al que siempre lo encausaste creativamente, con actividades

intelectuales o manuales.

 

El niño trata de ser el objeto que, según él, le falta a la madre. El nombre

de este objeto es “falo”. Puede querer decir que uno se convierta en

un chico brillante y seductor, o en alguien muerto, según cuál sea

la forma que más parezca interesarle a la madre. Ser el “falo” alude

a una posición imaginaria.

La operación paterna consiste en destruir este juego con la madre,

en significar que el falo que el niño anhela encarnar se ha perdido,

está fuera de su alcance, falta, es imposible…El falo, para ambos

sexos, es algo perdido. Esto es la castración: la renuncia a la

permanente tentativa de ser el falo para la madre. Los neuróticos,

por desgracia, no se resignan a esta renuncia.

 

El fantasma neurótico identifica el falo simbólico (o significante

del goce) con la “demanda del otro”. En vez de existir una falta

en el otro (que sería el “objeto causa del deseo”), hay un pedido

del otro. Es decir que la estrategia del neurótico consiste en

sustituir el “objeto causa del deseo” por la demanda; el deseo

del otro por su demanda. La estrategia neurótica consiste en

plantear una demanda como posible de satisfacer. El fracaso de

esta estrategia y la aparición del “objeto causa del deseo”, hará

perder al fantasma neurótico su función de enmascarar la angustia.

La neurosis es inseparable de una huida ante el deseo del padre o

de la madre, que el sujeto reemplaza por su demanda.

 

El obsesivo oculta la angustia acentuando lo imposible de su

desvanecimiento como sujeto, con la fortaleza de su yo. El

neurótico se aferra a la castración imaginaria, por la pérdida de

goce, ya que es la condición de la fortaleza de su imagen. Pero

ocurre que lo no visible hace de la imagen –en primer lugar la

propia- una imagen deseada, precisamente porque ésta adquiere

la función de velar lo que falta. Entonces el yo del obsesivo

encubre su castración imaginaria a la que se aferra para no

desvanecerse. Sin la función de la pérdida del goce, sostén de

la imagen narcisista, el neurótico –no sólo el obsesivo- se encontraría

realmente a merced del goce del otro, sin ninguna posibilidad

de reconocerse.-

Matías Castagnino 

 

TU CAMINO NO ES CARGA

La permanente iridiscencia de la búsqueda

en el pecho. Fue señal de que el ángel

sobrevolaba la pequeña pluma blanca caída

a mis pies. Tu camino no es el peso de una

cruz indiferentemente frívola en el fango

del mercado digitado, a la sombra del

declive de la aurora.

 

Si sientes peso adentro de ti, te apartas

del camino. Sé alegría y humildad constante.

El fuego es alegre; lo líquido pesa.

El sendero no carga lastres del presunto

sacrificio en martirios, y sin embargo no es

una alfombra de plumas irresponsables.

Consúmete o inmólate bellamente en la

suavísima plegaria que pulveriza a cierto ego.-

Matías Castagnino  


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