jueves, 9 de agosto de 2012

ROSARIO, TARDE GRIS DE DOMINGO

Ver las horas decantándose despacio.
Tanto di, tanto esperé.
Ahí nomás el deslinde
cuando envejecer simplemente
es cambiar de gustos.

Un misterio de no sé…de acá.
Evidentemente
desde que la mente ajena comienza
a pensar en nosotros
ya nunca más volvemos a ser los mismos
ni tan libres.

Tos de cigarrillo en el pecho
y el té de cedrón endulzado con miel.
¿Quién te dijo que la soledad
no puede tomar otros ribetes
cuando ni punza ni satisface?
Pero las paredes y las veredas transpiran
y voy a registrar todo lo que no
merezca el silencio.

El desasociego pasó
y el abandono mucho antes.
Agenda devorafuturo mercachifle.
Teléfono nervadura seca.
Así continuamos los días:
de vicio incipiente en vicio.
De todos modos
a cada hipótesis negra
puedo superponerle otras texturas.
Quiero decir:
el mundo bien podría ser un calabozo
o una pista de despegue.-

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