LA REALIDAD QUEDO DIVIDIDA EN UN ADENTRO Y UN AFUERA DE LA RED VIRTUAL
Nuestro agujero fallido por estructura en la existencia hablante, sexuada y mortal.
El cuerpo y sus pulsiones, anudado a la palabra y nombre propio.
El peso de las identificaciones en la inconsistente novela familiar.
La insatisfacción o imposibilidad del deseo. La voz y la mirada del Otro.
La megaconexión al mundo virtual actual también disuelve la constitución del sujeto en una subjetividad que finalmente es idéntica al devenir del capital.
El capitalismo hiperconectado de la infoesfera cruje. Quiero recuperar el goce perdido, y desalienarme.-
Matias Castagnino
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